ESTUDIO
Especulación, acaparamiento y el tiempo en las colas son detonantes
Wanda Andrea Inciarte
(Estudiante)
La conducta psicológica de las amas de casa
del sector Colinas de Zamora, municipio
Mara, ante la dificultad por adquirir los
productos alimenticios de primera
necesidad se caracteriza por ser impulsiva,
en ocasiones agresiva, incluso en algunas
oportunidades con episodios de violencia,
generados por el contrabando de extracción
de alimentos, descrito como “bachaqueo”.
Colinas de Zamora, ubicado en la parroquia
La Sierrita de Mara, posee un aproximado
de 650 personas, está cercano a Cuatro
Bocas, centro de actividad comercial del
sector. En esta comunidad, las mujeres
responsables de hogares afrontan a diario
un gran reto, el de adquirir alimentos de
primera necesidad para su familias.
La descrita situación se considera un
problema para la conducta humana para las
jefas de los hogares, quienes en ocasiones
para obtener los productos alimenticios se
ven en la necesidad de madrugar, gastar
más de lo presupuestado, además del
agotamiento físico que genera problemas de
salud en algunos casos, y que
principalmente son las amas de casa
quienes sufren estas consecuencias.
Práctica ilícita extendida
Se pueden apreciar comportamientos
diversos determinados por las actitudes del
consumo capitalista, lo cual se puede
ejemplificar analizando la acumulación
indiscriminada por causa de la compulsión
obsesiva por adquirir cantidades de
alimentos para surtir la despensa de los
hogares, con rubros que realmente no son
necesitados con la urgencia con la cual se
adquieren.
El contrabando de alimento hacia
Colombia, mejor conocido como
“bachaqueo”, se puede presentar como un
problema de interés económico para las
personas que se involucren en ese lucrativo
pero ilícito negocio.
El “bachaqueo” término
para referirse al
contrabando, entre la región de Mara y la
Guajirase
ha constituido en la frontera con
Colombia por el estado Zulia. “Este
concepto se ha extendido para entender el
contrabando en otros puntos de la frontera
y con otras características”, explica Arcadio
Montiel, legislador indígena de la Asamblea
Nacional por el estado Zulia.
Este término es nuevo en el discurso
zuliano, con el que se hace referencia a
traficar alimentos y gasolina al vecino país.
En este caso se trata de alimentos
generalmente cuando los precios de los
productos se encuentran regulados, lo
llaman también el “ir y venir”,
convirtiéndose en contrabando de
extracción de alimentos.
Este tipo de delito no es un problema actual
en el Zulia, este tiene antecedentes debido a
la cercanía con Colombia, hacia donde
principalmente van los alimentos que salen
de Venezuela. “Desde hace mucho tiempo el
contrabando de alimentos es un modo de
comercio y de sustento para los indígenas
del municipio Mara”, relata Montiel.
Las etnias de la Guajira se han
caracterizado por una actividad de
subsistencia en lo comercial, antiguamente
entre los mismos indígenas wayuu, añú,
taironas, entre otros pueblos originarios.
Luego con los colonialistas europeos
(españoles, franceses e ingleses), explica
Montiel.
Efectos del “bachaqueo”
Para adquirir los alimentos las amas de casa
tienen que realizar un esfuerzo más de lo
normal, esto es lo que se ve a menudo en
los supermercados de las comunidades
marenses. Colas de hasta cien personas
para comprar alimentos, personas que
desde muy temprano se dan cita en estos
lugares de venta, en los que según los
afectados pierden hasta un día entero en
obtener los productos regulados por el
Estado venezolano.
Como resultado de este mayor esfuerzo que
hacen las amas de casa en esas colas
numerosas, se presenta un cambio en el
comportamiento habitual, porque en
algunos casos esas mujeres no obtienen los
productos básicos, lo que para ellas es
perjudicial en su entorno social: las trauma,
transformando su temperamento, el cual
suele tornarse agresivo.
Expertos de la conducta aseguran que el
generador de esas actitudes violentas y el
cambio brusco de temperamento es el
desconcierto y la incertidumbre por no
encontrar los productos de primera
necesidad, lo cual provoca reacciones de
desesperación, entre las que se cuentan
discusiones, insultos y agresiones de
diversos tipos.
“Algunas personas podrían sentir
vulnerados sus derechos de consumo o de
acceso a ciertos bienes, experimentando
intensa rabia ante lo que se vive como una
injusticia. En tales casos podrían desarrollar
actitudes xenofóbicas hacia otros de
diferente origen étnico o procedencia,
siendo esperable que tiendan a agredir
verbal o físicamente a quienes creen
vulneran sus derechos”, explica Mildred
Urdaneta, psicóloga social.
Un estudio realizado por estudiantes del
PFG en Comunicación de UBV Zulia, en
el que se analiza a las amas de casa del
sector Colinas de Zamora, revela que el
70% de las amas de casa afirma salir en
busca de los alimentos desde las cuatro de
la mañana, mientras que el 30% restante
asegura salir a las cinco de la madrugada.
El mismo estudio muestra que de la
totalidad de las encuestadas, el 80% afirma
que permanecen en las colas por más de
seis horas, mientras que el 20% restante
indicó que en ocasiones gastan hasta
ochocientos bolívares fuertes en las
compras.
El estudio describe todo lo que tienen que
pasar las amas de casa de Colinas de
Zamora por causa del contrabando de
extracción de alimentos hacia Colombia, ya
que el 80% de las encuestadas señala que
las colas en los supermercados se dan
principalmente porque los alimentos son
vendidos a personas que trabajan con el
contrabando de alimento y el 20% por
acaparamiento.
Lo evidenciado en la investigación explica
el detonante de situaciones que afectan la
conducta de las amas de casa ante el
contrabando de alimentos, la actitud que
pueden presentar ante algunas situaciones
“perturbadoras”.
“El contrabando de alimentos tiene como
consecuencia una menor disponibilidad de
ciertos productos en los establecimientos
convencionalmente identificados como
centros de distribución, lo cual suele ser
aprovechado por personas oportunistas
para aumentar el precio de los bienes con
acceso reducido. Un comportamiento
saludable está en parte determinado por la
flexibilidad o la capacidad de adaptación a
nuevas situaciones, para las cuales no existe
una respuesta predeterminada”, asevera
Urdaneta, experta en la conducta social.
Estas actitudes son las que presentan las
amas de casa de Colinas de Zamora, por el
conocido “bachaqueo” de alimentos hacia
Colombia, lo cual es un problema para las
personas de este sector, debido a esta forma
ilícita de ganancia, a la cual nadie le
consigue solución en esta parte del
municipio Mara.
Bachaqueo: una situación por superar
Las encuestadas coinciden en que muchas
de las personas que están en las colas de los
supermercados de la comunidad, lo hacen
con el fin de comprar los alimentos y
trasladarlos hacia la frontera, y que en la
mayoría de las ocasiones es trabajo de los
indígenas que ven esta tarea como una
forma de comercio. De modo que todo esto
puede presentarse como un problema de
conducta humana, para las amas de casa o
para el resto de personas que requieren los
productos de necesidad alimenticia y que
en muchas veces no obtienen, ocasionando
de inmediato los cambios psicológicos
descritos.
“Los comportamientos asociados al
contrabando de alimentos son de diversa
índole y variarían en función del tipo de
participación en el mismo y del grado de
afectación para los individuos y grupos
involucrados. El contrabando genera
consecuencias negativas para algunas
personas, mientras produce beneficios
económicos y confort para otros”, señala
Urdaneta, quien asegura además que el
grado de afectación sobre los grupos
familiares dependerá en buena medida del
sistema de valores del grupo, de la
significación que se dé al hecho, de la
capacidad de adaptación que puedan
desarrollar a nuevas situaciones y de las
posibilidades que puedan hallarse ante las
dificultades.
Las amas de casa de la referida población
asumen un comportamiento nada habitual
que genera situaciones diversas
consideradas negativas, por cuanto las
mujeres responsables de hogares de esta
comunidad asumen conductas que se
traducen en la desesperación al no
encontrar alimentos de la cesta básica por
causa del contrabando de extracción, delito
con el que se busca desestabilizar.