Yamira Acosta
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El cambio de época es un hecho real. Los diversos fenómenos sociopolíticos que vienen aconteciendo en el mundo así lo evidencian. Tales acontecimientos corresponden a una realidad que toca fibras profundas a las sociedades, ellos toman cuerpo y se concretan con la activación de las mujeres que accionan para hacer probable lo improbable.
Las transformaciones sociales son multifactoriales, en ellas se destaca la prevalencia de los sujetos sociales como un elemento determinante en el nacimiento de una nueva época y como condicionante del futuro, por lo que la comunicación es un espacio fundamental, dado que es básica para la interacción humana, necesaria, que exige el pulso de las luchas.
Práctica comunicativa para la igualdad
En este nuevo siglo las mujeres del mundo, militantes de los movimientos feministas, se han propuesto renovar su discurso y acción. Su tránsito hacia lo anti sistémico (lo que Marx llamó la emancipación humana) promueve cambios civilizatorios que plantean decisivamente dejar atrás el patriarcado y el capitalismo y definitivamente liderar el diálogo entre diversidades, se abre una interlocución en un plano de igualdad, que no apunte solamente a sumar diferentes posiciones, sino a consensuar propuestas enriquecidas por distintos análisis y enfoques.
En Venezuela, el comandante eterno de la revolución bolivariana y socialista, Hugo Rafael Chávez Frías, asumió retador y con valentía ser interlocutor de la realidad que viven las mujeres del mundo y especialmente de su país. Desde una racionalidad dialógica, reflexiva para la acción, puso en la palestra pública nacional la sujeción de las mujeres; interpretó y analizó en su justa dimensión la relación entre socialismo y feminismo.
El Primer Encuentro Nacional de la Red Popular de Usuarias del Banco de Desarrollo de la Mujer fue el escenario para marcar pauta comunicativa sobre el tema de las mujeres, en el que se señaló que “en el marco del sistema capitalista es imposible derrotar la exclusión y el atropello a la mujer, porque el sistema capitalista tiene su base en los anti valores de la exclusión, el machismo, la violencia, la degradación de los valores y particularmente de la mujer” (07/03/2006).
Ante tal declaratoria se afianza la necesidad de posicionar nuevos paradigmas que sean capaces de contrastar el predominio de la lógica del capital, aferradas al viejo mundo de la dominación, alienación y manipulación de la comunicación misma. Es perentorio el surgimiento de una nueva ética comunicativa, basada en la dignificación del ser humano sin distingo, en el que se promueva la justica, igualdad, la equidad, el respeto y la solidaridad, como principio de la alteridad y la relación con la naturaleza.
Este líder mundialista de los últimos tiempos abrió paso a un discurso inclusivo hacia una perspectiva no convencional de la otredad, marcada por una retórica cuestionadora del patriarcado que tiene en vilo las relaciones de género. En sus mejores momentos, Chávez abordó sin prejuicios las condiciones en las que se encuentran sometidas las mujeres en pleno siglo XXI; se atrevió a reconocer, desde una práctica comunicativa crítica que “sin la verdadera liberación de la mujer, sería imposible la liberación plena de los pueblos y soy un convencido de que un auténtico socialista debe ser también un auténtico feminista” (8/3/205).
Desde esta perspectiva se debe apostar a la existencia de prácticas comunicativas que sean útiles para la generación de acciones que contribuyan a conciliar intereses, y no que prevalezcan los intereses de unas personas sobre los de las otras, y que también permita poner en común sueños, visiones y deseos de una vida buena. En ese sentido dijo Chávez que “el socialismo del siglo XXI es anti machista. Admiro a la mujer y su lucha y su batalla, y llamo a los hombres de Venezuela a que desterremos para siempre el machismo de esta tierra, para que algún día declaremos a Venezuela territorio libre de machismo”.(12/04/2007. Aló, Presidente, Programa No. 281)
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