@verorebonatto
El joven Rene Pérez de la
agrupación Calle 13 conoce muy bien lo que se siente no tener una patria.
Puerto Rico es una colonia gringa cargada de penurias. “Tú no puedes comprar al viento. Tú no
puedes comprar al sol. Tú no puedes comprar la lluvia. Tú no puedes comprar el
calor. Tú no puedes comprar las nubes. Tú no puedes comprar los colores. Tú no
puedes comprar mi alegría. Tú no puedes comprar mis dolores”. Estas
estrofas son sin duda una verdad que Rene canta, hasta para los que no quieren oír,
en una sociedad “global” donde se nos trata de imponer como única noción de
intercambio la compra/venta y por ende el estigma del precio.
En la actualidad venezolana
hay dos nociones de precio que están en
el debate, a saber: el precio del petróleo y el precio del dólar. En esa
dualidad en el medio, abajo, arriba, por los costados y desbordando, estamos
nosotros. Ese nosotros frágil emocional y físicamente, listos para perdernos
entre lo subjetivo y objetivo. Al parecer ese conflicto dólar/petróleo nos
lleva a un sálvese quien pueda obsceno, cuando debemos reafirmarnos en un
nosotros fuerte, un nosotros los patriotas, los que amamos nuestra patria porque la sentimos hasta en las
vísceras ya que ese amor no se calcula según el precio del petróleo o del
dólar. Incluso ante la amenaza se expande, se ensancha y no cabe en el pecho.
La patria es el hombre,
canta el patriota Alí Primera. Es por ello que me atrevo a sugerir que a manera
de rezo o mantra repitamos “La patria
somos todos y todas más allá del petróleo y del dólar” Incluso más allá de
la escases, el bachaqueo y la especulación.
“Patria,
Patria, Patria querida, tuyo es mi cielo, tuyo es mi sol, Patria, Patria, tuya
es mi vida, tuya es mi alma, tuyo es mi amor”. Cantó Chávez mientras partía
a un futuro incierto. Nos cantó su amor sereno, afirmado en sus convicciones,
manifestando un genuino sentimiento que lo llevó a los más grandes sacrificios
por esta tierra que habitamos.
Compatriotas es hora de seguir cantando para guardar la Patria que el cielo,
Bolívar y Chávez nos dieron, como celosos dragones de acero acudamos veloces en Unión,
lucha, batalla y victoria.
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