Prensa UBV Zulia/Ana Cristina Chávez.- A propósito de conmemorarse
en Venezuela un nuevo aniversario del Día la Resistencia Indígena, fecha
decretada en el año 2002 por el presidente Hugo Chávez en sustitución del Día
de la raza, o Día del Descubrimiento de América, conversamos con el profesor Elpidio
González, docente de Wayuunaiki I y II, acerca de la enseñanza y aprendizaje de
las lenguas indígenas como símbolo de resistencia cultural de nuestros pueblos
originarios.
González está adscrito al Centro de Idiomas
Rosa Luxemburgo y al Centro de Estudios de Pueblos y Culturas Indígenas, del
Eje Geopolítico Regional Cacique Mara, además es profesor fundador de la UBV
Zulia y médico veterinario. Vía telefónica accedió a dialogar con nosotros,
aquí sus planteamientos:
UBV:
¿Qué importancia tiene para usted la enseñanza del wayuunaiki en la Venezuela
actual, y específicamente en el estado Zulia?
EG: Para
mí la enseñanza del wayuunaiki y de todos los idiomas originarios en la
Venezuela actual, es de una importancia estratégica, sobre todo en el caso del
estado Zulia, donde alberga la población indígena -en este caso wayuu- de mayor
cantidad del país, por lo tanto eso significa que hay un legado importante aquí
que podemos compartir no solamente con el Zulia sino a nivel nacional, porque
los idiomas originarios, o cualquier idioma no solamente consiste en el hablar,
sino que cuando nosotros hablamos estamos viviendo toda una serie de valores,
principios, que tienen que ver con toda una experiencia, una ancestralidad, una
vivencia que ha tenido ese pueblo, incluyendo todas las potencialidades que tenemos
los pueblos para la existencia misma y la trascendencia de la vida en lo
educativo, la salud, la convivencia, de nuestras capacidades para sobrevivir y
de las construcciones de viviendas.
Entonces hay todo un legado,
toda una ancestralidad que está descrita, que está planteada en el mismo idioma,
porque todo lo que es la cultura, todo lo que es la vida, todo lo que es la cosmovisión,
se interpreta y se entiende es a partir de la palabra, a partir del idioma. Por
lo tanto, en la medida que nosotros pensemos, sintamos y actuemos, realicemos
acciones a partir de una interpretación de una cosmovisión que la tenemos a
partir de la palabra, a partir del idioma, entonces vamos a tener una gran
riqueza en la vida misma.
El otro aspecto estratégico también
de la enseñanza y el aprendizaje de los idiomas originarios, es que eso conforma
nuestra identidad. Nuestra identidad es el producto de todas esas vivencias que
nosotros tenemos dentro de nuestros territorios. Si en la revolución
bolivariana nosotros asumimos el antiimperialismo como una opción o como una manera
de vivir, debemos hacerlo desde una identidad propia. Frente a ese imperialismo
dominante y explotador, depredador de la humanidad y la naturaleza, debemos
crear la otra identidad que se anteponga a ese concepto.
De esa manera nos asumiríamos como antiimperialistas,
proponiendo esa identidad diferente para actuar en el mundo y entenderlo de una
manera diferente. Por lo tanto los idiomas originarios nos ayudan a entender el
mundo de otra forma, porque son producto de toda esa vivencia ancestral que han
tenido a través del tiempo en sus territorios, que tienen un valor importante,
porque han sabido interpretar la naturaleza y la vida para llegar a la
presencia actual, y en el caso de los wayuu una presencia en donde somos el
pueblo más numeroso de Venezuela y de Colombia, eso tiene una importancia
estratégica, y si nosotros decimos también -como se afirma en el preámbulo de
la Constitución venezolana- que somos una sociedad participativa y protagónica,
multiétnica y pluricultural, entonces tenemos que afianzarlo a partir del
aprendizaje y la enseñanza de los idiomas de los pueblos originarios y todo lo
que eso implica.
Además de eso debemos trabajar en el sentido
de entender que esa sociedad de la que se habla en la Constitución y en el Plan
de la Patria, en su cuarto objetivo histórico, es un concepto que no solo es válido
desde la manera cómo se ve Venezuela con relación a otros países, sino también dentro
del país cómo nos vemos nosotros. Por lo tanto la cultura y los idiomas de los
pueblos originarios son sumamente importantes en este contexto, para dar una
identidad de nuestras regiones y de nuestra plurinacionalidad, porque tenemos
una unidad pero dentro de una diversidad, porque son distintos territorios
donde existen distintas culturas, y una manera estratégica para producir esa identidad
es a partir de la enseñanza de los idiomas.
UBV:
¿Qué dificultades se presentan con mayor frecuencia al momento de enseñar y
aprender esta lengua?
EG: Todas
las dificultades que se presentan a la hora de enseñar y aprender cualquier
lengua. Tenemos que contar con las herramientas, equipos, textos, láminas… debemos
reforzar el plantel de profesores para mejorar la enseñanza en la UBV. Necesitamos
tener equipos, dispositivos tecnológicos e internet en el marco de la educación
on line y en tiempo real.
UBV:
En su experiencia profesional como docente de nuestra lengua originaria, ¿Cuál
ha sido el logro más importante hasta el momento?
EG:
El
logro importante yo lo mediría por logros pequeños, por ejemplo en contacto con
los estudiantes, me dicen que antes de entrar a la enseñanza del wayuunaiki, pensaban
de los wayuu una cosa, y luego salieron pensando algo diferente. Es decir,
tuvieron una amplitud para poder entender e interpretar la cultura wayuu. Eso
para mí es un logro importante: que los estudiantes que pasen por Wayuunaiki
tengan una mejor convivencia, una mejor comprensión para promover la
interculturalidad, porque una sociedad como la de Maracaibo no puede estar alejada
de la cultura wayuu, mis clases son una manera de promover ese acercamiento a
la cultura para entender sus características.
Partimos del hecho de lo que no conocemos no
lo podemos querer porque no lo entendemos, tenemos que conocer el idioma y la
cultura para poderla entender, para poder acercarnos y para que haya un nivel de
afectividad. Promover la convivencia entre distintas culturas, yo creo que es
un logro, que entre los estudiantes haya ese acercamiento y esa convivencia con
los wayuu.
UBV:
¿Qué estrategias aplica para la enseñanza del idioma en las clases presenciales
y cómo le ha ido en las clases virtuales protagonizadas en el semestre
anterior?, ¿qué estrategias aplicó en el marco del programa Universidad en casa?
EG: Las
estrategias que he aplicado en las clases presenciales es el intercambio en el
aula, aparte de enseñar el idioma, las palabras y las relaciones que hay, para
que los estudiantes aprovechen al máximo los dos niveles que nosotros ofrecemos
y que para mí sigue siendo insuficiente. La estrategia que yo uso es enseñar el
idioma pero también enseñar la cultura, y promover cierta discusión, para un mayor
entendimiento de la cultura. Por ejemplo, hablamos de cómo los estudiantes han
tenido un conflicto con los wayuu y los ven como un grupo distinto, agresivo. Siempre
me dicen que ellos cobran la sangre, venden a los hijos, a las hijas, pero es
por no entender por qué el wayuu actúa así, debemos tener claridad con argumentación
para nosotros explicar las diferencias culturales que hay.
Con respecto a las
estrategias que utilicé en el marco del Plan Universidad en casa, hice láminas
con diapositivas, unos audios por whatsaap, pero no se logró el 100 % de los
objetivos porque muchos estudiantes no tenían teléfono, o no tenían electricidad
a tiempo. Y a pesar que yo particularmente no soy tan dado a este mundo virtual
logramos algunos niveles de enseñanza y aprendizaje del wayuunaiki.
UBV:
¿Qué rol tiene para usted la interculturalidad en la filosofía educativa de la
UBV?
EG:
Para
mí la interculturalidad es fundamental, sobre todo en la propuesta de este mundo
multicéntrico y pluricultural. No podemos pensar en ese mundo a partir de una
sola cultura, debemos entender que para entrar en las distintas culturas debemos
aprender sus idiomas, y eso creo que es fundamental en esta filosofía educativa
de la UBV, para también asumirnos como plurinacionales, sin que eso implique
una pérdida, sino una ganancia, partiendo de la filosofía del respeto a lo
diferente, y en vez de dividir tratar de unificarnos. La interculturalidad nos llevaría
a la unificación, a lograr una mayor unidad dentro de la diversidad, haciéndolo
con mucho respeto y responsabilidad para tener una identidad en nuestro
territorio y poder coexistir en paz internamente como plurinación en el contexto
del país y con el resto de los países.
UBV:
Por último, según su opinión, ¿cómo se vive la resistencia indígena en el
contexto venezolano y latinoamericano actual?
EG: Los
pueblos originarios han protagonizado la resistencia desde el mismo instante en
que se inició la colonización, la usurpación, la dominación de estos territorios
y de estas comunidades. Los pueblos indígenas han sido resistentes pero también
se han adaptado, porque parte del pensamiento indígena es que el mundo no es fragmentado
sino que es un mundo más bien integrado, y desde este pensamiento de
integralidad ellos se han adaptado a ese proceso de colonización, pero eso no significa
que se entregaron, y es parte de lo que debemos entender nosotros desde la revolución
bolivariana, debemos profundizar una estrategia que nos profundice esa identidad
como pueblos en este contexto venezolano y latinoamericano, de la patria grande.
Creo que debemos ir profundizando esa estrategia para promover una cultura
plurinacional que sea irreversible y que sea la respuesta o que marque la transcendencia
de la humanidad y de la vida, como dice en el quinto objetivo del Plan de la Patria,
que tenemos que preservar la vida del planeta y la salvación de la especie humana.
La resistencia indígena tiene
muchos elementos que aportar en ese sentido, parte de la enseñanza de los idiomas
originarios tiene que ver con ese entendimiento o con esa conciencia, con ese
sentido de pertenencia de nuestro entorno, de nuestro territorio, del planeta
en sí y de la vida en general que tenemos que promover. La revolución profunda
e irreversible no solo es política sino cultural y trascendente, y para lograr
esto tenemos que hacer la estrategia, y dentro de esa estrategia consideramos
que la enseñanza de los idiomas y de la cultura de los pueblos originarios es fundamental
para lograr construir la base de ese nuevo mundo que nosotros estamos
aspirando.