viernes, 20 de noviembre de 2020

Editorial del segundo programa de Somos UBV Radio, transmitido por Eclipse La popular 88.3 el domingo 15 de noviembre (Maracaibo)

 

Las Universidades tienen un compromiso con la sociedad. En ellas se debe construir el conocimiento, la ciencia y la tecnología que el pueblo necesita para satisfacer sus necesidades de vivienda, de salud, de alimentos, de comunicación. Pero no siempre sucede así, muy al contrario, casi nunca han estado al servicio de estas necesidades, más bien han planteado la educación como un megocio, una vía para el lucro, o para alcanzar estatus o privilegios. En estos casos, la educación, que debía ser un bien común, se convierte en un bien privado. Y por supuesto, deja de cumplir el principio antropológico de posibilitar la vida.

Porque, sin educación la vida es imposible. ¿Cómo se han transmitido, si no es a través de la educación, las formas de sembrar, de curar, de construir casas, de vestirnos, de alimentarnos? Claro, lo que no ha existido siempre son estas formas que hoy conocemos de educar o de dar clases, como decimos coloquialmente.

La humanidad ha tenido siempre sus mecanismos de transmisión de las ideas, de los saberes, de las prácticas. No ha necesitado un salón, un edificio o cuatro paredes. Es más, este salón que hoy conocemos, es de reciente data y no va más allá del siglo XVIII. Hoy ese salón está cuestionado, y no sólo por la educación a distancia, sino desde antes, cuando se ha advertido que ese salón encierra, enclaustra, y que niega la participación de los estudiantes con la realidad de su entorno, con la calle, con su espacio y territorio vital, ofreciéndole un simulacro de vida y no la vida en realidad.


 

Esto es muy grave y se ha ido agravando con el tiempo, hasta el punto de que nuestros hijos, nuestros bachilleres y muchos de nuestros profesionales, están como desconectados de su realidad y muy lejos de conocer lo que de verdad hace falta para transformarla en función de la satisfacción de sus necesidades.

Hoy, cuando el país está siendo sometido a una guerra de baja intensidad, y a veces no tan baja, cuando la potencia norteamericana ha decidido asfixiarnos logrando que nuestros ingresos petroleros se hayan reducido a prácticamente nada, cuando ha bloqueado y perseguido nuestro dinero y nuestras compras, cuando ha robado y pirateado barcos con mercancía vital para el pueblo, hemos ido comprendiendo que sólo hay un camino para alcanzar la independencia definitiva: producir.

Y es lo que estamos comenzando a hacer. Por eso, desde la Universidad Bolivariana de Venezuela nos sumamos a los esfuerzos teóricos y prácticos del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria que se ha trazado el vértice estratégico de la transformación cualitativa de la universidades, y esa transformación pasa sin lugar a dudas por la producción.

Y aquí debemos recordar que en julio de 2011, sí, estaba vivo nuestro comandante Chávez, corrió un decreto que apuntaba a esta transformación que hoy estamos construyendo. Chávez, visionario, supo ver que no había otro camino para transformar las universidades que la multiplicación de los proyectos productivos, y en ese decreto decía: La educación y el trabajo son procesos fundamentales para alcanzar los fines esenciales del Estado, corresponde a éste, a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, planificar, ejecutar y coordinar políticas y programas de formación universitario, orientados hacia el desarrollo pleno del ser humano y su incorporación al trabajo productivo, cooperativo y liberador, que fortalezcan los valores de equidad, igualdad y solidaridad.

El Sistema Económico Comunal plantea que el modelo productivo socialista tiene como fin la satisfacción de las necesidades crecientes de la población a través de nuevas formas de formación universitaria que permitan la generación, apropiación y reinversión social de los excedentes,

Las instituciones de educación universitaria deben desarrollar componentes socioproductivos apoyados en las capacidades científico-técnicas e innovadoras para impulsar la transformación del capitalismo rentístico en un nuevo modelo productivo socialista, que permita el desarrollo del protagonismo socioproductivo del estudiantado y del Poder Popular, aunado al potencial productivo y científico- tecnológico local, regional y nacional,

Las instituciones de educación universitaria deben priorizar el interés del trabajo liberador por encima del interés por el capital, favoreciendo la elaboración de estrategias que apoyen la vinculación universidad-producción-innovación, a través de la organización, creación y generación de conocimientos y la formación y educación del estudiantado del pueblo, para que asuman el control directo de los procesos de producción, distribución y comercialización de bienes y servicios imprescindibles para satisfacer sus necesidades y contribuyan a la construcción del modelo productivo socialista, a través del vínculo conocimiento-producción,

Las instituciones de educación universitaria deben contribuir al desarrollo del protagonismo socioproductivo y del potencial creativo para acompañar el desarrollo humano integral del Poder Popular, en la construcción de una nueva sociedad democrática, basada en la ética del trabajo y en la participación activa y protagónica del pueblo trabajador en los procesos de transformación social, a través de sus proyectos de vida colectiva entrelazados con los planes de desarrollo local, regional y nacional,

La transformación universitaria pasa por el estímulo y apoyo al desarrollo del protagonismo socioproductivo de las y los estudiantes, de modo progresivo y diferencial, así como de la multiplicación del número de proyectos productivos universitarios, que contribuyan a innovar con fuentes de trabajo y a generar nuevas oportunidades de inserción socio-productiva, con el fin de promover condiciones para la producción autónoma de base científico-técnica independiente, como vía de fortalecimiento de la soberanía nacional,

Las instituciones de educación universitaria y sus actores, haciendo uso de sus capacidades científico-técnicas y de innovación, pueden desarrollar productos y servicios incorporando crecientemente los conocimientos y prácticas que permitan dinamizar el desarrollo productivo del país, con base a la vocación productiva y tradiciones culturales en los territorios de influencia.

Como se ve, lo que entonces era un decreto que acaso sufrió la suerte de los muchos que se han dictado y que en el ajetreo de la burocracia administrativa se desvanecen, hoy es una urgencia histórica que reclama de nosotros, las acciones concretas que le den viabilidad, que lo hagan posible. El rumbo está trazado y el Eje Cacique Mara avanza decidido en esa dirección, con el apoyo irrestricto de nuestra rectora, Sandra Oblitas, con el Ministro César Trómpiz y con la fuerza y el impulso de la Alcaldía Bolivariana de Maracaibo.

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