miércoles, 24 de junio de 2020

Gracias al plan de formación docente 2020...

Luis Adolfo Pérez Nava. Docente Asistente adscrito al núcleo de investigación Ezequiel Zamora del Centro de Estudios Sociales y Culturales, en el eje Cacique Mara de la Universidad Bolivariana de Venezuela.

https://issuu.com/katerinabarrios/docs/documento_sensorial-e.tutor_prueba__b0ac3b1cbeee59Gracias al plan de formación docente 2020 empezamos a vivir la experiencia de participación en un chat que agrupa a unas 250 personas ubicadas en diversos paisajes de nuestra nación. Ya caro nos resulta llevar el hilo de los grupos familiares, laborales o de amistades específicas para confrontarnos con la vivencia de una big data criolla, caribeña y tropical, con nuestro propio y semejante gran hermano, al decir de 1984, que evalúa todo. Hasta los respiros, así como los silencios y las páginas en blanco, quedan registrados en la web, mucho más las ideas, los sueños, fantasías y dudas, limitaciones y carencias. Todo un documento que habla del aquí y el ahora en la más importante experiencia universitaria de nuestro país, si no del mundo, como lo es, a mi parecer, la Universidad Bolivariana de Venezuela.

Necesito un medio para trasladar el conocimiento de un ser a otro, la palabra es la herramienta por excelencia. Si nada sé de algo que podría decir, pasamos de productores de conocimientos a difusores del conocimiento que circula, que se almacena, que se distribuye por canales de comercialización sujetos a relaciones de poder, de mercado. El consumidor de la información, de la comunicación es víctima de la programación impuesta en los centros de control y en las capitales culturales. De allí la importancia de la creación de los laboratorios de producción de contenidos que la ubv-productiva está convocada a conformar. Pluriversos confluyendo en nuevos contenidos que confronten nuestros modos y estilos de vida y permitan construir a los seres que deben habitar un mundo nuevo, post pandemia tal vez, donde el humanismo predomine sobre las leyes del mercado de capitales. Basta de repetir lugares comunes, o conversaciones de carritos por puesto, como decimos en Maracaibo.
Para enseñar a vivir debo dar ejemplo de vida, cierto, por la web puedo hacer proyección de mi existencia, o de los múltiples otros que me conforman y dar a escoger el guión a seguir. El que edita selecciona, quien consume procesa, digiere. No está la mirada cruzada, el escenario compartido, el tono de voz al momento, el flirteo pendiente entre el auditorio. Desaparece lo sacro, lo místico del hecho de llevar la palabra, de dar la cara y proponer el compromiso. Será un acto mediado por las TIC. Aplausos.
Haremos hipertexto de múltiples enlaces atemporales, desespacializados, ahistoricos, desterritorializados y descontextualizados para ser usados en cualquier tiempo, lugar y público. Persevero como analfabeto digital funcional. Venezuela no es Caracas, aquí se nos quemó el coco jugando metras en cualquiera de los mediodías de nuestra infancia. Desde entonces andamos con el coco tostao, sin remedio. No bastó la expresión corporal, la oratoria, la proyección de la voz, la semiótica del color en el vestuario, ser docente exige más. Hoy obliga a concentrar la mirada en una pantalla de siete por diez centímetros, que incluye el teclado para esta escritura, mi hacer, mis manos reducidas a la punta del dedo índice para decir, tecla a tecla, algo de lo que pienso o quiero. Lo otro, lo que ebulle adentro lo guardo, me lo reservo para otro momento.
¿Para cuándo el libro? Si no es para ahora será para nunca. Otro ejemplo de «busca-copia-corta-pega» no quiero, no me gustan, no me enseñan, no me deja un grato sabor en la boca. Me resultan repugnantes. No está el alma de nadie atrás, impulsos eléctricos zumbando por ahí, esperando a ver a quien conectan. Tiene su público y se les respeta. Prefiero las páginas en blanco, dicen mucho más.

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