viernes, 10 de abril de 2015

Rostros y rastros: cuentos para una pequeña muestra fotográfica

Juan Carlos Sotillo
cosasdejuancho2@gmail.com





El rastro y el rostro son uno. El rostro cuenta de los rastros, en su particular textura, en su profundidad ancestral, en la forma de mirar e ir siendo uno con la tierra. El rostro tiene todos los rastros que lo han hecho Ser.
Rastros de niños que juegan o que luchan contra lo que pretende armarles el camino, contra aquello que se dibuja majestuoso pero que tal vez no les pertenece

Rastros de toda longitud: viejos, jóvenes, niños.



Aunque el rastro puede ser dulcito también.

O a veces los rostros se elevan a lo alto,
como buscando respuesta



El rostro se encandila y se le pierde el rastro. No se salva ni el prócer. Parece que así somos, que así vamos siendo, en estos andares que nos arma la vida.

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