Lenin Tremont
“Hay necesidad, en todo momento, de
profundas batallas ideológicas que permitan ganar gradualmente las
masas para la lucha. Se requiere usar de gran iniciativa para ahondar
la conciencia revolucionaria del pueblo y la clase progresista. La
propaganda y la agitación constante, por diferentes medios, son
armas indispensables. Para que su utilización sea provechosa y
efectiva, los revolucionarios de vanguardia deben estar lo
suficientemente preparados en lo físico y mental”.
Fabricio Ojeda, cuadro integral de la
revolución latinoamericana, en estas líneas muestra la bitácora
del periodismo militante y patriótico que se debe ejercer “en todo
momento”, marcado por constantes y “profundas batallas
ideológicas”, enmarcadas en la guerra de cuarta generación que se
engendra desde
laboratorios de propaganda negra, que
busca desencantar al pueblo de la revolución bolivariana, único
amor que lo hará libre del hambre, la pobreza y la ignorancia y que
se expresa en “ganar gradualmente las masas para la lucha”.
El objetivo de un periodista militante,
como Fabricio, es transformar la realidad para mejor, desde su
espacio profesional, “por diferentes medios, que son armas
indispensables. Para que su utilización sea provechosa y efectiva”,
con mensajes que tributen a una sociedad impregnada de valores de
justicia, igualdad, cooperación, tolerancia, democracia, amor,
libertad, de una ética revolucionaria y socialista, totalmente
incompatible con el capitalismo, injusto, desigual, competitivo,
intolerante, antidemocrático, odioso y castrador de las mayorías.
Para lograr el objetivo de ser un periodista militante y defensor de
los intereses del pueblo, Fabricio Ojeda, plantea un método
infalible: “La propaganda y la agitación
constante”.
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