Jesús
Oswaldo Parra Betancourt
Profesor
a Dedicación Exclusiva
Categoría
Asociado
Eje
Territorial Cacique Mara
Siguiendo
esta prédica reflexiva sobre el hecho educativo en tiempos de
Pandemia y en referencia al uso de la tecnología y sus implicaciones
para tal fin (enseñanza-aprendizaje), no puede obviarse ni pasarse
por alto su importancia en la realidad actual venezolana.
Simbólicamente se ha convertido en una respuesta inmediata a un
asunto que por esencia dura toda la vida como es Educar.
En
este particular y en lo referente a los procesos educativos mediados
por las TICS hay que considerar varias cosas. Una de ellas es la
concepción primaria que atesora el surgimiento de la tecnología y
el contexto político imperante. Véase bien: “Que atesora”
porque precisamente eso es lo que ha significado (me refiero a la
tecnología). Un tesoro, para las grandes transnacionales así como
el sustento del Sistema Capitalista Mundial.
Esto
significa, entre otras cosas, su gran incidencia en lo cultural,
dictaminando formas de “Ser y de Hacer” que ha llevado a la
des-subjetivación en algunos casos, y en otros, generar “Sujetos
prisioneros” de la tecnología, fortaleciendo así sus grandes
industrias.
En
esta misma naturaleza, el uso de la tecnología también ha producido
un desplazamiento de lo cultural desde los espacios públicos hacia
los espacios privados, inoculando en el pensar de la gente la idea
que no es necesario asistir a las plazas o espacios públicos para
establecer y construir relaciones sociales, porque las mismas pueden
formarse desde lo virtual a través de todo el equipamiento
tecnológico que podamos acumular en nuestras habitaciones.
Si
esta realidad la cotejamos con la práctica educativa que se viene
ejecutando pudiera existir el temor o resquemor de estar encapsulando
y supeditando lo social y con ello lo educativo, a lo tecnológico;
lo que pudiera provocar resultados desvirtuados de lo que
verdaderamente se busca.
Mi
visión pareciera ser extremista, aunque no es esa la intención,
pero por la forma como se vienen dando algunas actividades en el
ámbito profesional como por ejemplo el caso de la prensa local
zuliana, que ha pasado sin una formulación científica que soporte
el cambio de lo impreso a lo digital, pareciera que solo fuera
cuestión de medio o canal de circulación, pero el “pase” por
así decirlo toca otros intereses. Lo que evidentemente me lleva a
colocar en tela de juicio el uso de la tecnología, sin antes prever
su estudio con lo cual poder determinar el aporte contundente de la
tecnología hacia una nueva concepción de educar.
En
nuestro caso particular es un cambio repentino, que en la generalidad
de los casos nos tomó desprevenidos
por no contar con una planificación alternativa previa ni una
preparación acorde con dicha modalidad a distancia. Además de la
carencia en muchos casos de aparatos mínimos de tecnología con los
cuales poder ejercer la práctica correspondiente. En esta misma
naturaleza también debe sumarse el manejo de los aparatos y los
posibles errores que puedan cometerse por la inmediatez, las
fluctuaciones de la señal de internet y demás, que pudiera originar
el Síndrome de Torette, al no poder controlar los impulsos humanos,
cuando la tecnología falla.
También
es necesario destacar que los Ingenieros en tecnología diseñaron
programas para establecer interfaz, y no interacción, porque para
ello fueron ideadas. Esto a su vez, permea otra área a saber: La
Conectividad. Cuando se habla de lo virtual el cuerpo (lo físico) y
el lenguaje corporal no existe, lo que lleva a pensar como a proponer
otras formas que complementen los vacíos no verbales. Esto es un
aspecto a considerar en el caso de la modalidad educativa que se
viene ejercitando a distancia.
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