sábado, 28 de marzo de 2020

CORONAVIRUS: DE PANDEMIA A SENSOR POLÍTICO



Por: Jesús Parra
Profesor universitario

El Coronavirus, una amplia gama de virus que puede causar diversas afecciones ha encendido su brote epidémico, propagándose en la geografía mundial a través de un agente infecto-contagioso conocido científicamente como Covid-19. Denominado así tanto por su forma de corona como por su fecha de origen.
Un fenómeno, realidad y/o pandemia que viene produciendo y atenuando una crisis de primera mano en materia de salud, y que ha puesto en curso desde la perspectiva política constantes debates en cada una de las naciones que han sido impactadas por este flagelo viral.
Una cruenta realidad en la que Venezuela no es la excepción ni mucho menos escapa de ello, y en la cual el gobierno nacional ha venido asumiendo el compromiso vital de proteger a los venezolanos de este implacable ataque bacteriológico que amenaza de manera insospechada tanto la humanidad de nuestro pueblo como del mundo entero.
En este particular y sin escatimar esfuerzos ha venido actuando (me refiero al gobierno constitucional) cónsono con los acontecimientos en pleno desarrollo, planificando y ejecutando un corpus de medidas de prevención y seguridad como a su vez haciendo incesantes llamados al pueblo, exhortándolos a cumplir con lo establecido y así con la cuarentena social decretada.
Sin embargo, más allá de las acciones gubernamentales en pro de contrarrestar esta pandemia y de las profecías bíblicas (que nunca faltan) a cargo de personajes sumidos entre una mezcla de fanatismo y oscurantismo, que parece más bien un "mea culpa” que otra cosa; están los de la “otra acera”, me refiero a la derecha venezolana acompañados de los “Cenáculos del Terror” (EEUU) que viven a la espera de cualquier circunstancia o situación endeble que pueda presentarse, para tener el flanco disponible y poder seguir atacando y posicionando sus ansias de poder y sometimiento.
Esto es precisamente el contexto que esperaba (la oposición) para hacer un “refrito” de sus ya consabidas estrategias, y sin más alardes que sus propias agallas, continuar con su descaro de “rescatar a Venezuela” según suelen decir del "Régimen dictatorial de Maduro”. Un imaginario que solo cala en su despotricable cerebro.
Estamos, entonces, frente a un acontecimiento que no es casual ni fortuito, y donde se siguen cayendo los “velos”, en la que la oposición no busca una muerte natural (como desde hace ratos la tiene) sino que busca una muerte inducida y final, en el marco de una política en constante construcción, en colectivo y en revolución.
En este campo o esfera política el gobierno constitucional de Nicolás Maduro no sólo ha demostrado su impostergable labor de enfrentar el Coronavirus, y aminorar la crisis en materia de salud, sino salir adelante con pasos agigantados a la crisis económica inoculada y a las fuerzas políticas que lo adversan.
En esta misma materia, se pregunta: ¿cómo puede interpretarse en la opinión pública mundial la actitud de desespero asumida por parte de aquél que se hace llamar defensor de los Derechos Humanos (EEUU), que frente a una pandemia y a través de una institución multilateral de su propia creación rechaza el pedido de $ 5 millardos solicitados por el Ejecutivo Nacional para enfrentar la crisis epidémica, por no reconocer la legitimidad de su período? A propósito de esto: ¿cómo queda su talante de supuesto defensor, cuando en el mejor momento para demostrarlo, rechaza una oportunidad como la presente, que pudiera traducirse en preservación de la vida de un pueblo como Venezuela? y, ¿qué hay de la verdadera urgencia del “Autoproclamado Guaidó” expuesto en los principales titulares de los medios de comunicación? ¿Su llamado es hacia la defensa en contra del Coronavirus o en su defecto hacia la intromisión de fuerzas extranjeras, partícipe de la ruptura del hilo constitucional y del ataque a nuestra soberanía?
La respuesta contundente ha sido de parte del gobierno nacional la implementación de políticas en materia de salud, alimentación, transporte, economía, educación, protección del trabajador con garantías a los medianos y grandes empresarios entre otras, propiciando en términos generales que el destino del país siga en la medida de lo posible su curso.
En definitiva y como forma extraña parecerá una incongruencia tratar de extraer algún ingrediente o factor positivo del Covid-19, pero en el contexto político actual venezolano, hay que destacar la disciplina, recato y civismo demostrado por nuestro pueblo, independientemente de su tinte político, credo o raza, así como deja expuestas las claras evidencias de la oposición que nuevamente van en “picada”, y sus acciones, apuntan a ser respondidas con el insigne grito libertario: “Quien atente contra la soberanía del pueblo de Bolívar se hunde”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario