Miguel Fuenmayor.
Docente
del PFG en Comunicación Social,
de la
UBV Eje Cacique Mara.
Este 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena en Venezuela, es bueno recordar las cifras de la población indígena en Nuestramerica y en nuestro país, porque siempre se tiende a invisibilizarnos e ignorarnos. En nuestro continente coexisten más de 400 pueblos indígenas dentro de las fronteras nacionales, con una población superior a los 38 millones de personas; mientras que en el resto del planeta ascienden a más de 300 millones de indígenas, diseminados en más de 70 países. Según los resultados preliminares del Censo de Población y Vivienda realizado por Instituto Nacional de Estadística en año 2011 en Venezuela habitan 725.128 indígenas (2,7% de la población total). En el Zulia se encuentra el 61 por ciento de la población indígena del país, representada por los pueblos: Wayuu, Añú, Bari, Japreria y Yukpa.
Las
cifras hablan por sí solas, pero lo más
importante de esta situación nos lo señala Andrew Gray, quien refiere
que: “comparado con el número de culturas de Estados nacionales, las de los
pueblos indígenas constituyen entre el 90 y el 95% de la diversidad cultural
del mundo… Los pueblos indígenas del mundo representan por lo tanto la
diversidad de la existencia humana, a pesar de que constituyen una minoría numérica”.
(Gray, 2010: 39). Y es esa diversidad la que la que le da a la humanidad un contraste de pensamiento y acción.
SIGLO XXI: UN MUNDO OSCURO
La Pachamama, padece en estos primeros 20 años del siglo XXI, la vorágine cultural y material del capitalismo. En este escenario geopolítico mundial, Nuestramerica y, nuestros pueblos indígenas, en particular, padecen las secuelas de la colonización y dominación que se inició en 1498 y continúa por diversos frentes en estos días. Adicionalmente, fruto de lo anterior, los pueblos indígenas viven conflictos intraétnicos que ponen en tensión su supervivencia e identidad. El intelectual norteamericano Noam Chomsky al caracterizar al mundo de hoy, señala que, “Se pueden discernir dos trayectorias de la historia actual: una que apunta a la hegemonía y que actúa racionalmente dentro de un demencial marco doctrinario, a la vez que pone en riesgo la supervivencia; la otra, consagrada a la creencia de que es posible otro mundo, en las palabras que animan al Foro Social Mundial, desafiando el sistema ideológico imperante y buscando alternativas constructivas de pensamiento, acción e instituciones. Nadie puede anticipar cuál de estas trayectorias va a prevalecer. La dicotomía ha sido corriente a lo largo de la historia: la diferencia crucial es que hoy hay mucho más en juego”. (Chomsky, 2004:335). Adicionalmente, a la situación descrita por el investigador estadounidense, se presenta la pandemia del Covid 19, lo cual viene a enrarecer el panorama del mundo y la población indígena no lleva la mejor parte.
En el contexto
venezolano actual de “Guerra Económica”, los pueblos indígenas y la población
venezolana en general se han adecuado y adaptado rápidamente a la crisis de
alimentos que vive Venezuela, los indígenas dan muestras de resistencia,
supervivencia y aportes con sus prácticas ancestrales de producción, consumo,
intercambio y tecnología. Se podría considerar que el consumo de yuca, auyama,
topocho, mango, entre otros alimentos (producidos por familias wayuu en la
periferia urbana de Maracaibo) en el segundo semestre del año 2017, salvó al
pueblo zuliano de una hambruna generalizada, cuando las grandes industrias
dejaron de producir harina precocida, elemento primordial de la dieta del
pueblo venezolano. Pero en contraposición, también se activaron prácticas
profundamente negativas entre los indígenas wayuu, asociadas al contrabando y al
llamado “bachaqueo”, que ha mutado a la sustracción de materiales estratégicos
del país hacia Colombia.
En consecuencia,
en este momento debe emerger y potenciarse el sentir y el pensar del mundo
indígena para liberarnos de la estructura colonial que se reproduce como la
hidra en la conciencia de los pueblos, impidiéndoles avanzar en pro de un mundo
mejor, donde impere el buen vivir entre otros modos de vida y pensar de nuestra
región. Hoy los pueblos indígenas se hibridan para reafirmarse
en su identidad, en el marco de este contexto resisten, recrean, y conviven con
sus semejantes y los otros como sujetos históricos diversos en permanente
transformación.
Finalmente, cabe destacar que
el Día de la Resistencia Indígena fue una idea del Presidente Hugo Chávez con
la intención de fortalecer la identidad étnica en nuestro país. Por su parte, desde
la Universidad Bolivariana de Venezuela es bueno recordar que esta universidad
contribuyó grandemente a saldar la enorme deuda educativa y social que tenía el
estado venezolano con su población indígena. Por consiguiente, se podría
considerar que la UBV es una Universidad Multiétnica y pluricultural.
Bibliografía
- Brito García. Luis. (2017) El verdadero Venezolano. Monte Ávila Editores
Latinoamericana. Caracas. Venezuela.
- Escobar, Arturo. 2007. La
invención del Tercer Mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo.
Fundación editorial El Perro y la Rana. Caracas,
Venezuela
- Gray, Andrew. Los pueblos
indígenas en las Naciones Unidad; en Mundo Indigena1995-1996; Copenhague,
Naciones Unidas.
- Estadística.
Disponible en www.ine.gov.ve/CENSO2011/ [Consulta: 11/07/2015)
- Mignolo Walter.2005. La idea
de América Latina. La herida colonial y la opción decolonial. Editorial Gedisa.
Biblioteca Iberoamericana del Pensamiento.
Barcelona-España.
- Chomsky, Noam. (2003) Hegemonía o Supervivencia. Grupo
Editorial Norma. Colombia.
-
Fuenmayor, Miguel (2020). Proyecto de tesis doctoral.
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