Por
José Javier León
En días
recientes me ha llamado la atención una "noticia" sobre el
supuesto "descubrimiento" de unos petroglifos en Venezuela.
Pongo las palabras entre comillas porque no se trata de una noticia y
menos de un descubrimiento. Antes de ir a por qué digo lo que digo,
valga recordar que la dicha noticia es un refrito, ya que tal vez uno
o un par de años atrás también "se puso de moda" con la
misma insistencia y frecuencia y si mal no recuerdo, con el mismo y
literal tratamiento. O sea, es una "noticia" evidentemente
empleada para rellenar
algo, un
espacio mediático de
seguro con
objetivos
que
desconocemos.
Ayer
como ahora,
me propuse
desde mis redes, por supuesto sin mayor
impacto, a
desfacer el
entuerto,
o sea a
decir lo que ahora repito: esos tales petroglifos aparecen perfecta y
por demás,
hermosamente descritos en la
novela Los pasos
perdidos
de Alejo Carpentier
escritor
cubano maravillosamente real,
quien
la publicó en 1953.
Los "científicos" que "descubrieron" los
petroglifos, evidentemente no son lectores de novela latinoamericana
y no hubo entre sus mayores
alguien con mediana memoria y cultura general que les dijera que no
se dieran bomba porque la
verdad estaban
lloviendo sobre mojado. Pero, ¿estaban lloviendo sobre mojado? ¿Hay
otra manera de informar sobre esos petroglifos que no sea
convirtiéndolos en "noticia científica", puesto que la
referencia literaria no sólo está perdida sino que los lectores
también están como... perdidos? No es novedad que los petroglifos
hayan sido descritos por Carpentier, así la novela y ese pasaje sean
completamente desconocidos
digamos por la población que hoy consume "novedades"
efímeras, que vuelven
cada cierto tiempo -como ciertos virus- a causar una sensación que
se evapora y pierde en la futilidad de los días. De todos modos,
sirva
el
comentario para
recordar la hermosa novela de Alejo, ya lejos de las biblioteca
personales y escolares. También
para reflexionar sobre estas formas vertiginosas y caprichosas de
construir lo nuevo y lo noticioso. Para lo permanente y verdadero,
allí están los petroglifos
del Alto Orinoco,
recordándonos que nada somos, que pasaremos y ellos seguirán allí,
en diálogo mudo
con
los dioses.
https://lahistoriadeldiablog.wordpress.com/2009/06/26/alejo-carpentier-los-pasos-perdidos-descargar-libro/
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