viernes, 31 de enero de 2020

Tecnología y capitalismo, una relación falaz

Por 
José Javier León


https://www.listinsemanal.com/pobreza-infantil-cuando-la-tecnologia-no-esta-al-servicio-de-las-personas-tendencias/Las personas que relacionan el uso de la tecnología con las ventajas o frutos del capitalismo le hacen un flaco favor a la inteligencia. Las tecnologías no son un reflejo de la libertad, sino precisamente de lo contrario. Son fruto de la desigualdad y ofrecen ventajas a los ricos, que se hacen con la explotación de las tecnologías, por su usuarios/dependientes inmensamente más ricos. Los que usamos las tecnologías somos como cobayas (en el laboratorio) de sus negocios. Debemos saber todos que la tecnología que usamos ha desplazado otras -las alternativas-; han ocupado y copado los mercados hasta destruir otras posibilidades. Ya por ahí, las tecnologías que vemos, han negado la existencia de tecnologías alternas. Y han logrado esto porque se han desplazado en primer lugar a zonas de producción que les ofrecen más ventajas y rentabilidad, vale decir, donde la explotación es mayor; o han desplazado comunidades y hasta países o regiones enteras, convirtiéndolas en parte de sus desechos, en periferias marginales e invisibles, espacios donde la muerte se ceba con la explotación de humanos y minerales, convertidos todos en "recursos". El teléfono de última generación es pues, el reflejo invertido de la más alta degeneración laboral, social, cultural. La tecnología que usamos es la que estamos forzados a utilizar a despecho de dificultar la comunicación, el trabajo, el hacer. Son un signo del control sobre nuestra cotidianidad. Pudiéramos renunciar o no usarlas, pero la violencia sistemática del capital, hace que la renuncia sea un quedar fuera de(l) juego, de todos los juegos, y plantearnos una suerte de aislamiento que podría poner incluso en riesgo la propia supervivencia. El capitalismo nos ha conducido a la paradoja moderna de tener que matar para poder vivir, sólo que esta vida es ya un suicidio. Es decir, necesitamos eliminar bosques, consumir energía fósil, destruir y contaminar, para poder vivir en los términos en que forzosamente nos obliga a des-vivir el capitalismo. Otras formas de vida son posibles, sí, pero la situación es tal, que pasan por estas que conocemos, moldeadas por las tecnologías que modelan la realidad, de manera forzosa y violentamente. El mundo que conocemos ha sido transformado y trastornado por las formas de producción capitalistas, irracionales y suicidas. Vencer el capitalismo pasa(rá) necesariamente por torcer el sentido de la violencia y la dominación tecnológica: hay que ponerla al servicio de la vida, cambiando desde la forma de producirla hasta por supuesto la forma de consumirla, de usarla. Y esta historia de liberación comienza necesariamente usando la tecnología para liberar, para crear tiempo y donarlo, para repartirlo a manos llenas. Contra la estupidez generalizada y asfixiante, construir belleza, labrar humanidad.


Noticias viejas, milenarias

Por 
José Javier León


En días recientes me ha llamado la atención una "noticia" sobre el supuesto "descubrimiento" de unos petroglifos en Venezuela. Pongo las palabras entre comillas porque no se trata de una noticia y menos de un descubrimiento. Antes de ir a por qué digo lo que digo, valga recordar que la dicha noticia es un refrito, ya que tal vez uno o un par de años atrás también "se puso de moda" con la misma insistencia y frecuencia y si mal no recuerdo, con el mismo y literal tratamiento. O sea, es una "noticia" evidentemente empleada para rellenar algo, un espacio mediático de seguro con objetivos que desconocemos. Ayer como ahora, me propuse desde mis redes, por supuesto sin mayor impacto, a desfacer el entuerto, o sea a decir lo que ahora repito: esos tales petroglifos aparecen perfecta y por demás, hermosamente descritos en la novela Los pasos perdidos de Alejo Carpentier escritor cubano maravillosamente real, quien la publicó en 1953. Los "científicos" que "descubrieron" los petroglifos, evidentemente no son lectores de novela latinoamericana y no hubo entre sus mayores alguien con mediana memoria y cultura general que les dijera que no se dieran bomba porque la verdad estaban lloviendo sobre mojado. Pero, ¿estaban lloviendo sobre mojado? ¿Hay otra manera de informar sobre esos petroglifos que no sea convirtiéndolos en "noticia científica", puesto que la referencia literaria no sólo está perdida sino que los lectores también están como... perdidos? No es novedad que los petroglifos hayan sido descritos por Carpentier, así la novela y ese pasaje sean completamente desconocidos digamos por la población que hoy consume "novedades" efímeras, que vuelven cada cierto tiempo -como ciertos virus- a causar una sensación que se evapora y pierde en la futilidad de los días. De todos modos, sirva el comentario para recordar la hermosa novela de Alejo, ya lejos de las biblioteca personales y escolares. También para reflexionar sobre estas formas vertiginosas y caprichosas de construir lo nuevo y lo noticioso. Para lo permanente y verdadero, allí están los petroglifos del Alto Orinoco, recordándonos que nada somos, que pasaremos y ellos seguirán allí, en diálogo mudo con los dioses.


https://lahistoriadeldiablog.wordpress.com/2009/06/26/alejo-carpentier-los-pasos-perdidos-descargar-libro/