jueves, 25 de abril de 2019

Participación en el Taller Comunicación en tiempos de guerra


 
Participación en el taller
Comunicación en tiempos de guerra
Realizado el sábado 20 de abril de 2019
en el Centro Cultural Juan de Dios Martínez, municipio San Francisco


José Javier León
joseleon1971@gmail.com

Tengo un tiempo trabajando la relación de la comunicación con la memoria y el territorio partiendo de algo muy sencillo, que puede ayudarnos a pensar más cosas. Se trata de lo siguiente: el capitalismo tiene un objetivo central, que es el que le permite el que todos conocemos, a saber la acumulación de riquezas. Sin embargo, lo que digo es que previo a este tiene un objetivo central: destruir la memoria de la humanidad, la memoria de los territorios y por ende de la gente. Por eso, objetivos militares son: bibliotecas, museos, los grandes y más importantes edificios, y por supuesto las personas que tienen o guardan la memoria de sus pueblos: líderes espirituales, religiosos, sabios en el manejo de la palabra, como los pütchipü'ü o palabreros. Esto tiene la finalidad de que las poblaciones queden sin referentes, esto es, sin a quién ni a qué acudir, sin poder dirigirse en un momento de conmoción a un lugar específico porque desapareció, o porque ha sido borrado o derruido. El capitalismo busca que las personas pierdan los lugares de referencia y, cuando eso ocurre, quedan desorientadas y por tanto vulnerables, pues no pueden acudir por ejemplo a sus líderes espirituales ni pueden ir a un lugar donde pudieran reencontrase y reconstituirse. Esa destrucción sistemática la practican en guerras declaradas o en guerras no convencionales, las cuales por cierto, siempre han existido.

La guerra no convencional antecede a la guerra regular o convencional, a la intervención militar con disparos y bombas. La que vivimos es una guerra de ablandamiento, como la que se practica a un país sitiado como se sitiaban antes castillos y fortalezas, o ciudades enteras. La mitológica guerra de Troya fue un sitio de 10 años y Homero la cantó en el siglo IX a.C., cuando ya era memoria oral. Sólo cuando la ciudad ya no se puede sostener ocurre la ocupación. No estamos pues, ante un escenario novedoso.

La humanidad siempre ha buscado autodestruirse, tal vez por un extraño sentido tanático, un amor por la muerte que parece acompañar la condición humana. Por eso pienso que debemos ver la actualidad con un sentido antropológico pues ciertamente, lo sociológico aunque está candente, si tratamos de reflexionar debemos ir más allá y por eso, creo, ir a lo antropológico.

Estos encuentros, esta necesidad que tenemos de hacer un control de daños y un control espiritual, nos sirven para ver cómo está avanzando en nosotros el conflicto. Por eso me parece fundamental traer a la reflexión cómo el capitalismo ataca la memoria. ¿En ese escenario qué nos toca hacer? Sin duda, fortalecer la memoria, trabajarla. Pienso al respecto que EEUU ha cometido algunos errores, como lo cometieron en Siria, en Irak, naciones milenarias. Han cometido el error de medirnos con su rasero tecnológico. En sus círculos pensantes debieron prever que si nos quitaban la electricidad y nos quitaban el acceso a la tecnología, que sin duda es, para ellos una adicción, un fenómeno que han estudiado por años, caeríamos en una suerte de estado de crispación por abstinencia o algo así, una suerte de colapso emocional que desencadenaría brotes de violencia en cadena. De hecho, cuando inició este conversatorio la compañera Tania partió de lo tecnológico mostrando una serie de equipos reproductores, grabadores y de telefonía que por algún tiempo fueron hitos tecnológicos. Ese cálculo lo hizo la inteligencia norteamericana pero en nosotros, que somos caribe, indios, negros, que tenemos una memoria popular, se activó exactamente lo contrario.



Activaron la resistencia, lo que apenas una generación atrás nos constituye. Mi papá, por ejemplo, creció criando cochinos. Es decir, lo campesino (un mundo fundamentalmente no eléctrico) lo tenemos en la pata de la oreja. Muchos son campesinos, es decir, están vinculados directamente a la tierra, vale decir, a la memoria, al madrugar para aprovechar el sol desde que nace y acostarse como dicen, con las gallinas. Se trata entonces de un error de cálculo que, o bien puede prolongar la guerra en tanto se prolonga el sitio, como también tomando conciencia de este potencial vinculado a la tierra y a la producción en el campo, puede convertir el sitio en otra cosa e incluso, llevarnos a ganar la guerra, por cuanto habremos tomado plena conciencia de nuestros propios y soberanos procesos.

Con respecto a lo estratégico de la comunicación, he pensado que nuestros gobernantes se equivocan cuando ocultan o se reservan información, muy al contrario creo que deben informar. Yo pienso que hay que decir la verdad. La gente no se merece, por un asunto de cálculo político, desconocer la gravedad del asunto. Si eso lo hubiera hecho Fidel la revolución cubana hubiera caído. La conciencia del pueblo cubano viene de que Fidel informaba con números pormenorizados el estado de la guerra. Lo que sostiene al Che no es la iconografía capitalista sino que decía la verdad. Y la podía decir porque tenía moral para ello, porque era inflexible y justo. Nuestros gobernantes en cambio, calculan demasiado y se equivocan. Tienen que informar y cuentan con los medios para hacerlo.

Por otro lado, he pensando que los gobiernos deben cumplir esa suerte de mandato de Jesús de optar y comenzar por los más débiles. Creo que un gobierno revolucionario debe partir de esa lógica cristiana de que los últimos sean los primeros, porque muy al contrario he visto que las zonas populares, al oeste de la ciudad, o bien algunos sectores llamados periféricos (cuando no marginales, por vivir al margen del… derecho a la ciudad, a la salud, a la educación, a la cultura...), son discriminados en el acceso a los servicios. Ciertamente, cuando servicios en crisis como en este caso el eléctrico comienzan a ser medianamente controlados, estos sectores resultan más golpeados con horas de racionamiento más largas que los del norte de la ciudad, donde por cierto vive menos gente pero donde se consume y derrocha más electricidad. Parece instruirse que deben resistir y aguantar los más pobres. Una lógica perversa, no sé decir si maquiavélica.

Eso es parte de lo que mencioné arriba como “cálculo político”. El pueblo sin embargo, noble, se moviliza y ha votado mayoritariamente a favor de la revolución en distintos eventos electorales, a pesar digo, de ser sistemáticamente golpeado en escenarios como el actual, porque no es nuevo que son esos  sectores los que más llevan. Responde ello a ese cálculo, como también, a un uso perverso de la comunicación institucional puesto que se protegen y privilegian intereses contrarios a los del pueblo. 

Asistimos también a un renacer, producto de la guerra, de cosas que teníamos perdidas, que tienen que ver con la memoria y que nosotros desde nuestros espacios, desde nuestros sitios de trabajo y trincheras, tenemos que impulsar y dar la mayor de las fuerzas, entendiendo que en ellas se concentra la vida. Cuando llega la noche y llega la oscuridad, llegan la voz del anciano, la voz de la abuela, la voz de la experiencia, llegan los cuentos, llega la lectura nocturna con velas o linternas y se extiende la posibilidad mágica de la noche, se hace presente y presencia la vida. Yo leí a un filósofo alguna vez comentar que los japoneses cultivaban la oscuridad, la noche, lo oscuro para tener encuentros con lo esencialmente humano*. Los gringos pues, se equivocaron. Pretendieron quitarnos la tecnología y nos entregaron la noche, y la noche es la maravilla. Nuevos amigos, reencuentro con los vecinos, solidaridad, noviazgos, porque en la noche se cultiva el amor y la amistad. Eso es maravilloso, pero debemos saber conscientemente que todo ese mundo inexplorado está ahí, a flor de cotidianidad.

Finalmente, debemos hacer todo lo posible para que nuestros gobernantes e instituciones entiendan que tienen que informar. La información y la verdad por dura que sea, tiene que venir acompañada de acciones de gobierno. Porque el pueblo está resistiendo por su naturaleza, por su ascendencia negra, caribe, campesina, indígena. Pero tenemos que incorporar todo eso a la conciencia, convertirlo en programa y llevarlo a la escuela, a los liceos, a los talleres, incluso, aunque haya luz, hay que hacer la noche. ¿A qué me refiero? Al cultivo de la palabra y la memoria. Debemos llevar la palabra a los medios y aprender a producir comunicación como memoria. Tenemos que lograr que sea atractivo, pues resulta muy atractiva la noche, ahora bien, cómo llevamos la noche a los medios entendiéndola claro está, como una dimensión mágica y profunda. En otras palabras, cómo llevamos la memoria a la radio, las redes y la televisión para construir la vida.

En síntesis, planteo que sólo podemos resistir si nos salimos de la lógica de producción, distribución y consumo del capitalismo.


Igualmente, es muy importante organizarnos a partir de la verdad que sabemos, que podemos saber y descubrir con la organización popular y sus equipos de estudio e investigación, porque ciertamente, la verdad es una construcción colectiva. 

Lo otro que no debemos perder de vista es que estamos embarcados en una guerra civilizatoria, que formamos parte de una guerra del capital. Se están moviendo las placas tectónicas del poder mundial, está reapareciendo la antiquísima Ruta de la Seda, y con ella unas riquezas enormes de las que no tenemos dimensión. Una extensa región del mundo está pasando a concentrar el poder económico, amén de que cuenta con la mayor cantidad de población del planeta y de todo eso, apenas si tenemos noticias. Nuevos y enormes bancos están desplazando a la banca sionista, norteamericana y europea. Esa realidad emergente no la puede parar EEUU, con sus presiones, chantajes y aspavientos. Muy probablemente ya no cuenta con la capacidad militar ni productiva para detener lo inevitable, además porque hace años, precisamente por su afán desmedido de riquezas, trasladó sus capitales golondrinas al Asia y a otras regiones del planeta buscando mano de obra barata. Además, tiene una deuda astronómica impagable por lo que estamos ante un país quebrado y peor aún, moralmente quebrado, que ya no puede erigir su hegemonía ni con más Hollywood ni campañas pronorteamericanas.

Nosotros somos víctimas, por estar en este hemisferio, de esa vocación de llamarnos “patio trasero” producto de esa Doctrina Monroe que según Bolton está viva y muy viva. Pero se trata de bravuconadas. Debemos pues, saber que estamos en una situación límite que incluso podría arrasarnos, pero no podrán hagan lo que hagan detener la realidad emergente. Venezuela es hoy por hoy un proveedor seguro de petróleo para China y otros países en crecimiento, además somos una potencia en gas y oro, y el oro volverá a ser respaldo para la diversa canasta de monedas del nuevo orden económico, pues el dólar va a desaparecer como moneda de referencia, como de hecho ya está ocurriendo.

Ahora bien, somos actores y protagonistas en todo esto y sólo la conciencia podrá salvarnos. Debemos aprovechar esta coyuntura para concentrarnos en la palabra, en la construcción colectiva de la memoria y desentrañar la síntesis que ya mencioné: resistiremos si y sólo si escapamos de la lógica del capitalismo.


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En un fragmento del artículo, se lee: "El capitalismo también prohíbe las horas oscuras y para eso tiene que incendiar el mundo. El capitalismo prohíbe el aburrimiento y para eso tiene que impedir al mismo tiempo la soledad y la compañía ¡Ni un solo minuto en la propia cabeza! ¡Ni un solo minuto en el mundo! ¿Dónde entonces? ¿Qué es lo que queda? En el mercado, donde la televisión está siempre encendida, donde la música está siempre sonando, donde las luces siempre destellan, donde las vitrinas están siempre llenas, donde los teléfonos celulares están siempre llamando, donde incluso las pausas, las transiciones, las esperas, nos proporcionan siempre una emoción nueva. El capitalismo lo tolera todo, menos el aburrimiento. Tolera el crimen, la mentira, la corrupción, la frivolidad, la crueldad, pero no el tedio. Berlusconi nos hace reír, las decapitaciones en directo son entretenidas, la mafia es emocionante. Eso que el filósofo Stiegler ha llamado la “proletarización del tiempo libre”, es decir, la expropiación no sólo de nuestros medios de producción sino también de nuestros instrumentos de placer y conocimiento, representa el mayor negocio del planeta. El capitalismo y su industria del entretenimiento construyen todo lo contrario de una cultura del ocio. En griego, ocio se decía skhole, de donde viene la palabra “escuela”. Pero a nosotros nos divierten, nos entretienen, nos distraen.
Y sin embargo, el primer espectáculo,
aquel que define al ser humano como precisamente humano, aquel del que ha surgido todo lo que hemos hecho y todo lo que somos, tiene que ver con la oscuridad y la quietud.
(…) Para nosotros, nunca llega a hacerse realmente de noche, de manera que hemos perdido la posibilidad de ver la Vía Láctea; es decir, la galaxia en la que habitamos y que nos permite orientarnos en el cosmos. Nuestros cielos son tapas o valvas que ocultan el firmamento. Como moluscos, estamos encerrados dentro.



lunes, 8 de abril de 2019

Entrega de Combos Cárnicos en Sierra Maestra

San Francisco, 04 de Abril de 2019



Por: Jesús Parra

En el Barrio Sierra Maestra, sector 14 B1 se hizo la entrega de Combos Cárnicos a los Líderes de Calle del referido sector.

La actividad se desarrolló en casa de la señora Aida Pirela, habitante de dicha comunidad.

Allí estuvieron presentes::La señora Gladys Alvarado (Muchy), lider de la comunidad, quien se encargó de hacer la entrega de los combos, Monica Rincón, jefa de Brigada SOMOS VENEZUELA, quien expuso algunos lineamientos  para la obtención de beneficios a través del Carnet de la Patria, y por último,  los líderes de calles de la estructura del CLAP Batallas Revolucionarias.

Se aprovechó la ocasión para tratar otros asuntos de agenda como: Conformación y Actualización de Hogares de la Patria, Censo "Tanque Azul", Parto Humanizado y Lactancia materna.

Esto representa un logro más del Ecomomista Omar Prieto Fernández, Gobernador del Estado Zulia, Lic. Dirwings Arrieta Alcalde de San Francisco y Carlos Olivares, Consejal de San Francisco, todos unidos  y  de la mano de nuestro presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros.

Es una clara y contundente demostración, que a pesar de la crisis económica implantada e inoculada por la oposición venezolana y por el Imperialismo Yankee, se siguen librando las batallas para el respeto, soberanía y dignidad de nuestro pueblo venezolano. ¡Venceremos!

sábado, 6 de abril de 2019

Metodología y análisis de la política pública. Propuestas. Caso Venezuela. Deporte 1999-2010



De Eloy Altuve Mejía
Universidad del Zulia. Ediciones del Vice Rectorado Académico
2011. Pp. 120

Por: José Javier León

Consideramos que América Latina y el Caribe deben avanzar
hacia la construcción colectiva de modelos de ocio y tiempo libre,
centrados en la reivindicación y cultivo de la condición humana
y capaces de garantizar la participación de toda la población”
Eloy Altuve


La claridad metodológica se agradece y Eloy Altuve Mejía la presenta en las primeras de cambio. Sin perderse en abstracciones, apunta al “presupuesto”, el verdadero -el real diríamos nosotros, en el mundo gris de la gerencia burocrática- “plan de acción político y administrativo”. La asignación de recursos refleja -dice- “con fidelidad” “la orientación ideológica del gobierno” (p. 18). Sobre esta base, el libro de Eloy avanza revelando el estado de la cuestión deporte en la primera década del gobierno bolivariano.

Dime cuánto inviertes y te diré qué orientación tienes y qué buscas. Igual como revela la intención (del libro y del gobierno), también se dejan ver las contradicciones y en especial las tensiones, porque ciertamente “los valores y conductas del deporte mundial en su dinámica ordinaria, actualmente, son -en esencia- opuestos o contrarios a los sustentando por la política deportiva del estado en Venezuela” (p. 78).

Pareciera que el punto es el siguiente: cuánto se destina al deporte, cuánto a la educación física y cuánto a simple y llanamente, jugar. “Es conveniente destacar, afirma Eloy, como festividades, celebraciones, reuniones sociales, juegos… creados y recreados por la gente de América Latina y el Caribe a través de la historia, han disminuido progresivamente su importancia social con respecto a la aparición y crecimiento progresivo del protagonismo del deporte: han sido eliminadas; se ha reducido su duración; se han readecuado y articulado con el deporte” (p. 96)

Porque el deporte, apunta Eloy, aquí y en su extensa investigación sobre el tema “hoy tiene una, dinámica y orientación, sustancialmente distintas a la educación física y a la recreación; su esencia es distinta, independientemente de tener elementos comunes” (p. 31). Para cerrar con este latigazo, deducido de la lectura atenta del artículo 111 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: “los conceptos de educación física y recreación aparecen como accesorios y complementarios, apéndices del concepto matriz: deporte” (p. 18)

¿Qué implica ello? En principio, que una cosa se dice y otra se hace, o en este caso que una cosa es la letra de la ley y otra la realidad, la praxis y la política. Advierte el investigador: “los valores y conductas del deporte mundial en su dinámica ordinaria, actualmente, son -en esencia- opuestos o contrarios a los sustentados por la política deportiva del estado en Venezuela” (p. 78). En este debate precisamente se mueve el breve pero dinámico libro de Eloy Altuve. ¿Hacia dónde se orienta? Hacia la des-portivización de lo lúdico, en efecto, “oponerse rotundamente a que el juego adquiera la lógica, orientación, valores y dinámica deportiva” (p. 103)

Aunque el concepto “deporte” priva o prevalece, será con Barrio Adentro Deportivo que “por primera vez en la historia del país se establece la posibilidad real de incorporación de la mayoría de los venezolanos a una actividad física deportiva, recreativa y de prevención de la salud, de una manera regular, sistemática y con basamento científico-técnico especializado” (p. 32). Y ello hace parte del planteamiento de que hacer deporte supone de alguna manera construir el socialismo, sobre la base -por confirmar, precisamente es lo que busca Altuve- de que “La práctica sistemática del deporte y demás actividades físicas y recreativas vinculadas con la salud, contribuyen con el desarrollo integral del ser humano, mejoran la calidad de vida y elevan el rendimiento del deporte competitivo nacional” (p. 41)

Al respecto, el cuadro publicado en la página 43 puede resultar revelador: los más altos puntos de inversión, casi 10 millones de dólares para la época se dedicaron al programa de Barrio Adentro Deportivo y al Centro Nacional de Ciencias aplicadas al deporte. Le siguió en inversión el deporte estudiantil con más de 8 millones de dólares y la Copa América 2007 con 7 millones 500 mil dólares. Por lo visto hay una correspondencia con el objetivo del BAD: “Propiciar el uso positivo del tiempo libre, combatir el ocio y la violencia, atacar de forma integral los factores que generan la degradación biológica, social y sicológica del ser humano, a través de un programa que busca articular ciudadanos activos, saludables y organizados para desarrollar sus talentos y capacidades físicas e intelectuales, con el propósito de afrontar la reconstrucción integral de la Patria” (p. 50) En otro cuadro leemos que la más alta inversión, un poco más de 10 millones de dólares, se dedicaron al Poder Deportivo Comunal en Barrio Adentro, en contraste con los aportes más bajos dedicados a la Corporación Deportiva Venezolana Empresa, con 500 mil dólares y la Participación Ciudadana y Control Social en la Gestión Deportiva con un poco más de 130 mil dólares. Al respecto concluye Altuve: “Se mantiene -en el lapso estudiado- la creciente inversión del Estado en deporte, la más alta en términos absolutos y relativos en la vida democrática del país” (p. 79), amén de que se ha mejorado “la capacidad organizativa y la formación, con la incorporación de sectores sociales tradicionalmente excluidos, con el impulso a la participación de la mujer y a la organización comunitaria” (p. 80)

Decimos con Altuve, a la altura de la página 77 que, “Destaca como positivo y novedoso en la política deportiva del Estado, explícitamente enmarcar sus definiciones en el proyecto de sociedad que se pretende construir, en el socialismo del siglo XXI”. Como también se dejan ver ciertos detalles, la preponderancia que en algún momento se le otorga al término “actividad física” desplazando al constitucional de “educación física” (p. 77). De acuerdo al balance crítico general, no poco se debe hacer para ir más allá de la ideologización de los medios de comunicación que se han encargado de difundir la idea -de la que participan sin lugar a dudas los altos voceros del gobierno en lo que al tema se refiere- de que el deporte “es un espacio social universal positivo, de igualitarismo absoluto, en contrapartida a las aberrantes diferencias en producción, consumo y disfrute de bienes existente entre las naciones y entre las clases sociales y sirviendo de justificación de tales desigualdades” (p. 79).

Y como víctima de la campaña y la ideologización mediática, el deporte nacional (sobre todo el llamado de Alto Rendimiento) tiende a perder -salvo algunas excepciones- la perspectiva de la inversión, el trabajo lento, concentrado y tenaz. En efecto, Altuve, con números, desencanto, preocupación y responsabilidad afirma que en nuestro caso el deporte suele ir de lo sublime a lo ridículo, “de una destacada actuación mundial en un día (puede) pasar a un estrepitoso fracaso al día siguiente” (p. 83) Para concluir lapidariamente: “Las auténticas potencias deportivas tienen una maquinaria capaz de producir de manera permanente la generación de relevo de deportistas exitosos de categoría mundial” (p. 83). Cabe sin embargo, hacernos con el autor esta pregunta crucial: “¿Se avanza hacia el socialismo del siglo XXI (o simplemente hacia el socialismo), cuando desde el gobierno revolucionario se aúpan y promueven directa e indirectamente actividades deportivas dotadas de significaciones, conductas y valores capitalistas, reconociéndolas, además, como valiosas socialmente y colocándolas como ejemplos a seguir por la población?” (p. 94)

Interesante por revelador puede resultar también la lectura del libro Metodología y análisis de la política pública cuando deja al descubierto formas y prácticas del gobierno y el manejo del Estado, por ejemplo cuando denuncia que la participación de Maracaibo, capital del estado Zulia “la ciudad más importante del país después de Caracas” (p. 81) en debates y discusiones que se pretenden nacionales, fue prácticamente nula, pues se hacen en general desconociendo el aporte de investigadores que han dedicado su vida al tema e ignorando a los institutos universitarios especializados (p. 99), convocando de un día para otro o como se dice coloquialmente (de) ‘hoy para ayer’” (p. 81). Según su análisis, se debe a la poca claridad teórico conceptual, a aspiraciones políticas coyunturales, a la discrecionalidad intrínseca culturalmente a la administración pública, lo cual genera que lo que un organismo hace, ocurra de manera aislada y descoordinada de otro afín o concurrente.

Es el deporte un espacio altamente politizado y polarizado, y las amenazas, Eloy, no han cesado, o sea, sigue “teniendo sentido” (p. 90) para el Estado defenderse y sobrevivir… Han pasado otra vez casi diez años y como ayer tal vez más, sigue haciendo falta hoy altura y madurez, fíjate que recientemente el director general de la selección nacional de fútbol declaró haber sido emboscado por los intereses “políticos” de una facción que acompaña en el exterior al diputado Juan Guaidó (autoproclamado “presidente” ¡nada más y nada menos! que de Venezuela, y por estos mismos días una selección de kárate no pudo viajar a Panamá a representar a Venezuela, sin que olvidemos que un juego de la final de la serie de béisbol nacional casi no se celebra y que de paso el país fue despojado de manera grosera e intempestiva de ser el anfitrión de la Serie del Caribe. Y todo por causas espúreas, fanáticas, absurdas… “políticas” o de eso que así llaman los interesados, entre ellos el que más, el propio y ya completamente desembozado EEUU, cabeza visible y ariete de los “grupos transnacionales industriales-financieros-comunicacionales que se están lanzando a la conquista directa del poder político” (p. 110), dedicados abiertamente a defenestrar al gobierno presidido por Nicolás Maduro.

Creo como tú, amigo Eloy, que “En Venezuela es extremadamente limitada la reflexión profunda, seria, vibrante, sobre el problema del ocio, el tiempo libre, la recreación”, que es “casi inexistente la reflexión y el debate sobre estos temas” y que “la universidad lo hace poco y el Estado casi nada” (p. 107). Ojalá nos encontremos todos en un país en el que la vida en toda su plenitud se aleje para siempre de los procesos de mercantilización y privatización y que nos sea propicio seguir haciendo todo lo posible para encontrarnos en uno definitivo donde reine la “praxis de la libertad en el tiempo” (p. 108), uno que sea irreversiblemente, de todos y todas.